Thursday, December 8, 2011

Imitando a los Patriarcas


Vayishláj - וישלח : "Y Envió"
Torá : Génesis 32:3[4]-36:43
Haftará : Oseas 11:7-12:12 (A). Abdías 1:1-21 (S).
Escrituras Apostólicas : 1 Corintios 5:1-13; Hebreos 11:11-20; Apocalipsis 7:1-12.


En esta porción la narración inicia con la preparación de Jacob para reunirse con su hermano Esaú, pero antes, tuvo un encuentro con un misterioso ser en la oscuridad, quien además de luchar con él, cambió su nombre Jacob por Israel. Además del reencuentro de Jacob con su hermano, también se ralatan sucesos de su familia en la tierra de Canaan, tales como el de la deshonra de su hija Dina, la masacre de Siquem, la confirmación del pacto Divino después de ordenar que quitaran los dioses extranjeros de entre su familia, y las muertes de su padre Isaac y la de su esposa Raquel. El capítulo 36 es una genealogía de Esaú, que también menciona los reyes de Edom.
Al observar objetivamente la historia de Jacob en esta etapa de su vida, nos encontramos con situaciones que podrían clasificarse como escandalosas, aún en esos tiempos. A pesar de ser un hombre que seguía los caminos del Señor, estaba expuesto a las tentaciones y debilidades que se le presentaron en su oportunidad. Nosotros, al igual que Jacob, no estamos exentos de esa misma clase de situaciones.
Las escrituras no mencionan el porqué del ataque a Jacob por aquel hombre extraño, pero lo cierto es que las otras luchas constantes de Jacob nos dejan una tremenda enseñanza a todos los creyentes en Mesías. Vemos como Jacob lucha todo el tiempo, pareciera que siempre está cayendo del fuego a las brazas, como si nunca tuviera tranquilidad. De Esaú a Laban, de Laban a Esaú, la lucha contra el ángel, problemas con sus esposas, problemas con su hija Dina, luego con los vecinos, tiene que enfrentar las malas desiciones de sus hijos Simón y Levi, enfrenta la idolatría existente en su casa, la muerte de su padre Isaac. Finalmente, y para terminar con la lista de problemas en esta parshá [porque este no es el último de todos sus problemas], la muerte de su amada esposa, Raquel. 
A pesar de todo, el Señor siempre le asegura el cumplimiento de Sus promesas, "...Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate; una nación y multitud de naciones vendrán de ti, reyes saldrán de tus lomos. Y la tierra que di a Abraham y a Isaac, a ti te la daré; y daré la tierra a tu descendencia después de ti." (Génesis 35:11-12)
Probablemente la más famosa de las luchas de Jacob es la relatada en Génesis 32:22-32.  Ciertos eruditos opinan que este 'místico' encuentro experimentado por Jacob, se produce en un significante nuevo nivel. Como sus ancestros Abraham e Isaac, Jacob había tenido un sueño 'místico'. Como lo explican los escritores de FFOZ: "Los Sabios del antiguo Judaísmo estaban tan perplejos con esta historia, que ajustaron su significado más simple a travéz de la interpretación. Algunos explican que el ángel que atacó a Jacob no era el ángel del Señor, sino que un ángel que representaba a Esaú. [Rashi, comentando sobre Gen. 32:25. Vea como ejemplo, Génesis Rabbah 78:3]. Así como Jacob había luchado físicamente con Esaú en el vientre, ahora luchaba contra Esaú espiritualmente, antes de regresar a Canaán."  (Torah Club V. 1 Pag. 127) 
Mucho más se ha escrito y opinado sobre este texto, y las soluciones que se ofrecen por los eruditos muchas veces presentan dificultades de intepretación. Si revisáramos los cientos de años de comentarios elaborados por los antiguos sabios del Judaísmo, rabinos de la época medieval, expositores cristianos y aún comentaristas mesiánicos de la actualidad, encontraríamos confusas y hasta contradictorias exposiciones.
Refiriéndose a este texto, el Señor revela por medio del profeta Oseas que Jacob: "Luchó con el ángel, y lo venció; lloró y le rogó que lo favoreciera. Se lo encontró en Betel, y allí habló con él; ¡habló con el Señor, Dios Todopoderoso, cuyo nombre es el Señor!" [NVI, Oseas 12:4-5]. La traducción en inglés de la Tanak, por JPS [Sociedad de Publicaciones Judías], traduce esta porción utilizando la palabra "commune," que significa "estar en comunión con; conversar; platicar; conferir; hablar familiarmente."
Independientemente de cómo el texto haya sido interpretado, si fué una especie de estado místico de parte de Jacob, si fué un sueño, una visión, el mismo Dios, un ángel del Señor, un ángel bueno, un ángel malo, el ángel de Esaú, Jacob luchando consigo mismo, el ángel del Señor reformando el carácter de Jacob, Mesías, el ángel del Señor manifestado como Mesías. Lo cierto es que los seres humanos muchas veces nos encontramos en situaciones similares a las de Jacob, tal parece que nuestras luchas nunca terminaran, que no hemos resuelto un problema y nos encontramos con otro. Frecuentemente sentimos que estamos dando "coces contra el aquijón," [Hechos 9:5, RVC] o como que estamos luchando contra el Señor mismo, queriendo seguir nuestros propios caminos, resolver nuestros propios problemas; a veces queremos que el Señor nos responda y nos resuelva todos nuestros problemas con la rapidez requerida por la era del "servicio rápido" en la que nos encontramos, sin tomar en cuenta la orientación Divina. 
El Señor desea ser nuestro amigo y "estar en comunión con" nosotros. Para esto, seríamos muy sabios al seguir el ejemplo de Abraham, Isaac y Jacob, quienes "vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra." [NVI, Hebreos 11:13].

Con Amor en Yeshúa,
De su hermano y amigo,

René Oswaldo Jaco
Líder del Ministerio Hispano de la
Congregación Beth Adonai

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