Wednesday, November 30, 2011

Aprendiendo del Padre Jacob a como Caminar con Dios.

Vaietzé - ויצא : "Y Salió"
Torá : Génesis 28:10-32:3
Haftará : Oseas 12:12-14:10 (A); 11:7-12:12 (S)
Escrituras Apostólicas : Juan 1:19-51

Esta porción inicia con la teofanía que le ocurre a Jacob cuando se enconcotraba dormido mientras huía de Esaú. Describe su situación como empleado de su tío Labán por 20 años. Su matrimonio con Lea y Raquel, quienes entablan una especie de competencia (por quien tuviera mas hijos), que da como resultado el nacimiento de once hijos y una hija. Al dejar Jacob a Labán, Raquel roba los ídolos de su padre, además de eso, el engaño de Jacob al salir sin avisar, provoca enojo a Labán, quien le persigue para recuperar lo que él consideraba suyo (apelando a la antigua ley asiria de Erebu[1], por lo que quería dejar todo “lo suyo” en su tierra y despojar a Jacob, Génesis 31:43). Sinembargo, debido a una advertencia Divina, Labán termina pactando con su sobrino y regresa a su tierra en paz. La porción concluye con otra teofanía que le ocurre a Jacob al ver ángeles en un lugar que denomina Mahanaim, antes de enviar mensajeros a su hermano Esaú.

En la visión de la escalera, el Señor reafirma la promesa que hizo a Abraham e Isaac, nuevamente promete descendencia, tierra, seguridad tanto en la tierra prometida como fuera de ella, y lo mas importante es que de nuevo resuena la promesa de que “en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.” [Génesis 28:12-15].

A pesar del encuentro con el Creador, Jacob resulta pagando con creces el engaño que propinó a su hermano. De pronto por eso, y aparte de su amor por Raquel, es por lo que tiene mucha paciencia con su tío, quien durante veinte años cuidó todos sus rebaños pagando por sus pérdidas, aguantó las inclemencias del tiempo, le sirvió catorce años por sus hijas y seis por sus rebaños, y aún así Labán le cambió diez veces el acuerdo salarial. Jacob pasa a reconocer que de no haber sido por el Señor Dios de sus padres Abraham e Isaac, hubiera salido sin nada de Harán, amparándose entonces a la Justicia Divina [Génesis 31: 38-42].

Después de muchos años de trabajo y desafíos con sus mismos parientes, Jacob finalmente sale adelante, Dios está siempre con él, según lo prometió, y le hace triunfar. Al final de esta lectura semanal, resulta ser un hombre muy rico, además se dan los comienzos de las doce tribus de la nación escogida.


Sin lugar a dudas nos podemos sentir identificados con la situación de Jacob. “No hemos salido de una, cuando caemos en otra. Y luego nos vuelve a suceder otra y luego otra.” A veces son situaciones familiares, de trabajo, y aún dentro de las mismas congregaciones podemos tener dificultades muy serias. Y aunque andemos caminando en los caminos del Señor, estas situaciones mas bien parecen ser pasos para atrás, pasos que sentimos que no están designados por Dios.


Pero en medio de todo, debemos darnos cuenta que el Señor tiene el control de todo. Si hemos sido llamados a caminar con Él, al igual que lo hicieron, no solamente los Patriarcas, sino también Enoc, Noé, Moisés, David, los Profetas, los Apóstoles de Yeshúa y tantos otros. Entonces tenemos que refleccionar en el porqué suceden ciertas situaciones en nuestras vidas.


Muchas veces lo que nos sucede es el resultado de nuestro mismo comportamiento. Habiendo dicho esto, debemos de iniciar un minucioso inventario de lo que estamos haciendo con nuestras vidas, nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestras familias, nuestras amistades, con todos nuestros recursos, hasta con nuestros conocimientos, en fin con todo lo que Dios nos ha dado a través de los años.


No subestimemos lo que nos acontezca. Existe un plan Divino para nuestras vidas, es muy importante que tengamos la capacidad de desligarnos de ciertos hábitos que no nos están ayudando en nada a escuchar la voz del Señor. Y al igual que Jacob, necesitamos tener experiencias personales con nuestro Dios. Pero para hacerlo, tenemos que reconocer que en nuestro caminar con Él, vamos a tener la victoria, aunque talvéz ahora mismo no lo parezca.


Años mas tarde, Yeshúa nuestro Mesías confirmó que Él mismo es esa promesa dada a los Patriarcas, la “simiente” en la cual todas las familias de la tierra son bendecidas. “En verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.” [Juan 1:51].


Él es el punto de unión entre los cielos y la tierra. Él es la conección entre Dios y el hombre. Hagamos un balance de nuestras vidas en Su Enseñanza.

Con Amor en Yeshúa,
Su Hermano y Amigo,

René Oswaldo Jaco
Líder del Ministerio Hispano de la
Congregación Beth Adonai.
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[1] De acuerdo a esta ley asiria de matrimonio de Erebu: “Si una mujer reside en la casa de su padre y su esposo la visita, cualquier propiedad fija que su esposo le haya dado él puede tomar de regreso, pero no puede tomar lo que pertenece al padre de la esposa.” Tomado y traducido al español de: Google Books: Studies on the civilization and culture of Nuzi and the Hurrians, Volume 10, edited by Martha A. Morrison. Erebu Marriage. Cyrus H. Gordon. New York University. Pgs. 155-160.

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