Tuesday, December 13, 2011

Aprendiendo de Jacob, Su Familia, Sus Hijos, La Promesas de Dios y el Mesías


Vaieshév וישב : "Y Habitó"
Torá : Génesis 37:1-40:23 
Haftará : Amós 2:6-3:8 
Escrituras Apostólicas : Mateo 1:1-6; 16-25; Hechos 7:9-12.

En esta porción se nos relata la continuidad del Pacto y las promesas del Señor con Israel; pero también es la descripción de más problemas en la vida de Jacob. De esta porción en adelante, se relatan más acontecimientos que corresponden a su familia: sus problemas, disfunciones, celos, rivalidad entre hermanos, intento de homicidio, el engaño, la calumnia, la traición, lascivia, la tentación, el odio y la idolatría. Yosef (José), el hijo de Jacob, viene a ser el protagonista principal de las cuatro siguientes porciones de Génesis.
Al igual que en anteriores porciones, no faltan temas con historias como: la importancia de la identidad, la reconciliación, la redención, la ironía, el suspenso, la tristeza, el desconsuelo, el gozo y la salvación de muchas vidas, de israelitas y de las naciones.
El relato contiene la historia de un real conflicto entre el bien y el mal, el drama humano es evidenciado en cada una de las narraciones que nos permiten entender, a pesar de todo este caos familiar, cómo funciona el Plan de Salvación Divino. Una vez más, se nos muestra la Fidelidad del Señor a Su pueblo escogido, ya que prevalecen el amor, la reconciliación, el perdón, la paz, la renovación de la vida y de las relaciones familiares.
Lo cierto es que estas últimas cuatro porciones de Génesis son cruciales para los creyentes en el Mesías, ya que nos ayudan a entender la visicitudes de esta familia que, a pesar de las circunstancias, y con la ayuda de Dios, cumple la ardua tarea de formar una nación, con base en el amor y la reconciliación; y después, de reponerse de las caídas de las trampas y los obstáculos ocacionados por el maligno, quien por supuesto, como es usual inicia su guerra en el núcleo familiar. Israel no fué la excepción.
Algunas veces, ciertas familias de creyentes se identifican de alguna manera con la familia de Jacob. La rivalidad entre hermanos parece tan común hoy en día, como lo fué en el pasado. Basta con ver las noticias del Medio Oriente. Los conflictos de la humanidad parecen comenzar en el núcleo familiar.
Jacobo (Santiago) "el hermano del Señor," hace una descripción de éste tema en sus escritos "a la doce tribus que están en la dispersión." [Por favor lea Santiago 1:1; 4:1-3].

Por otra parte, siempre he pensado que la interpretación correcta de Juan 1:11, fué el rechazo de nuestro Mesías por su gente en Nazareth, y no por todo el pueblo de Israel, lo cual tiene sentido al leer en contexto los versículos 12 y 13. Sinembargo, hace poco leí el siguiente comentario que me pareció interesante, decidí traducirlo y compartirlo en esta oportunidad.

“José y el Mesías. El rechazo de José, el agente enviado a ellos por su padre, es paradigmatico por el futuro rechazo de Israel de los profetas enviados por Dios, y finalmente del rechazo del Mesías. El evangelio de Juan tristemente observa, “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” [Juan 1:11] Pero la historia de José finaliza con la reconciliación entre él y sus hermanos que estaban separados.
Cada una de las historias de los patriarcas nos cuenta la historia del Mesías, pero la historia de José nos cuenta la historia del Evangelio de Yeshúa. La vida de José tiene paralelos con la obra redentora del Mesías y de Su Primera y Segunda venida. Aunque los escritores Apostólicos nunca identifican directamente a José como una sombra del Mesías, el simbolismo es inevitable.
Yeshúa, al igual que José, fué enviado a Sus hermanos, el pueblo de Israel. Al igual que José, fué enviado por Su Padre. Al igual que José, Sus Hermanos no le recibieron, sino que le rechazaron, le despojaron de su ropa, le mataron, lo pusieron en un foso, y por último se lo dieron a los gentiles.
Al igual que José, Yeshúa fué recibido por unos y rechazado por otros, entre los gentiles, pero eventualmente se levantó a una prominente posición incomparable en el mundo gentil. Al igual que José, llegó a ser el agente Salvador para todas las naciones. Y al igual que José, fué totalmente olvidado por Sus propios hermanos.
Así como José estaba ‘disfrazado’ - hecho irreconocible por su ropa y peinado egipcios, así también el Mesías ha estado irreconocible - ‘disfrazado’ por la cultura gentil. Le hemos pintado para que parezca uno de nosotros. Le hemos representado en nuestras obras de arte con pelo, maquillaje, y ropa gentiles. Hemos hecho que su boca hable en griego y en el leguaje de cada nación, pero nos hemos olvidado de que Él hablaba hebreo primero. Le hemos removido de su contexto hebraico, de la Torá, y le hemos hecho irreconocible para sus propios hermanos. Con todo, últimamente la historia de José finaliza con la reconciliación entre él y sus hermanos, lo que resulta con la salvación de todos los hijos de Israel. Como el Apóstol Pablo lo dice, “Todo Israel será salvo.” [Romanos 11:26].
El Nombre de Nuestro Mesías. La Promesa
dada a toda la humanidad. En esta porción
se relata la continuidad de pacto dado
en Génesis 3:15, a Noé, a Abraham a Isaac
y por supuesto a Jacob.
Pero la historia de José no es una alegoría, ha sido escrita merecidamente para servir como un tipo, una sombra, y un símbolo. Frecuentemente los creyentes han limitado la lectura literal de la Torá por el bien de las interpretaciones mesiánicas. Es una historia en su propio derecho y una gran historia en esto. José es un personaje real; sus aventuras y sus desventuras son suyas propias. Si podemos ver en la historia de José y percibir la persona del Mesías, eso es solamente lo que se espera, porque Dios es el autor de la salvación de ambos entonces y ahora. La historia de José es simplemente un ejemplo de cómo es cuando Dios salva a Su pueblo.
La historia de José es acerca de cómo es cuando Dios levanta un Salvador. Por lo que, no es tanto que la historia de José sea la sombra de la historia del Mesías, o tanto como que ambas historias sean similares, sino que ambas cuentan la historia de Dios levantando un Salvador para la salvación de Israel.” [Tomado/traducido/adaptado  del artículo original en inglés de FFOZ, Joseph and Messiah, 2011].

Cabe anotar, que Judá fué el hermano que decide vender a José en vez de matarle, y luego engaña a su padre diciendo que había muerto. [Génesis 37:26-36] Talvés por eso decide asimilarse a otra nación, en la cual sufrió el dolor de perder a dos de sus hijos. Luego regresa al Señor al comprender que una mujer gentil [su propia nuera] era mas justa que él, ya que ella comprendió mejor la importancia de construir las generaciones de Israel. [Génesis 38] De no haber sido por ella, la línea de Judá hubiera estado expuesta a desaparecer. Tomemos en cuanta que Tamar llegó a ser una de las matriarcas de la tribu de Judá, y antecesora de Yeshúa. [Mateo 1:3] Años mas tarde, un discípulo de Yeshúa de nombre Juda (s), decide vender al Mesías, quizás creyó que no iba ser condenado a muerte. [Mateo 26:14-16; 47-49].

La práctica moral de los Mandamientos Divinos comienza con los seres que están más cerca de nosotros. Es en el hogar, en los lugares de trabajo y en las congregaciones de la fe, en donde el entrenamiento para poder "amar a su prójimo como a si mismo" comienza. Cuando el amor por su hermano es practicado en casa, le es mas fácil cumplirlo con el resto de los seres humanos. Pablo nos recuerda que, "El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley." "Así que procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua." [Romanos 13:10; 14:19] 

Hoy es el tiempo para la reconciliación, no permita que disfunciones parecidas a las de la familia de Jacob, detengan las Bendiciones que Dios ha preparado para usted y para su familia.

Con Amor en el Mesías,
Su Hermano y Amigo,

René Oswaldo Jaco,
Líder del Ministerio Hispano de la
Congregación Beth Adonai.

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