Yitro - יתרו : "Jetro"
Torá : Exodo 18:1-20:23 (26)
Haftarah : Isaías 6:1-7:6; 9:5-6
Escrituras Apostólicas : Mateo 5:8-30; 15:1-11; Romanos 2:17-29; Hechos 2; 6:1-7; Hebreos 2:18-29; Santiago 2:1-20; 1 Pedro 2:9-10.
Esta porción inicia con el relato de la visita de Jetro a Moisés, se nos cuenta de cómo fueron entregados los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí al pueblo de Israel, y acerca de cómo ingresaron al Pacto Divino. El texto está repleto de simbolismos, metáforas y relatos que nos presentan nuevamente el Plan de Salvación del Creador. Al compararlo con otras escrituras, tanto Rabínicas como Apostólicas, podemos encontrar increíbles paralelos que nos ayudan a comprender su mensaje. Conceptos tales como, el origen de Pentecostés y sus señales, “mi especial tesoro,” “Reino de sacerdotes,” “nación santa,” “el sonido de la trompeta.” Las tablas de piedra, los Diez Mandamientos, Pacto, Ketubah, Purificación, Lenguas de Fuego, Shabbat, etc.
Lo mas impresionante es la conección existente entre las Festividades Bíblicas de la primavera [Pascua, Los Panes sin Levadura, Primeros Frutos, la cuenta del Omer y Shavuot o Pentecostés] con el Ministerio de Yeshúa, su muerte, su resurrección y la proclamación de las Buenas Nuevas [Evangelio], que eventualmente se extendería, por medio de los Apóstoles, a todas las naciones.
El relato dice que Jetro, sacerdote de la tierra de Madián y suegro de Moisés, oyó las Buenas Nuevas de Salvación y luego decidió visitar a Israel, para ser testigo ocular de lo que estaba sucediendo con el pueblo que su yerno estaba dirigiendo, y al mismo tiempo traerle de regreso a su familia. La narración continúa diciendo que Moisés va al encuentro de su suegro, y al encontrarse con él, le brinda sus respetos y luego continúa lo que muchos consideran muy imporante en esta porción: El Testimonio. En este caso, el poderoso testimonio de Moisés, y el resultado que provoca en la vida personal de Jetro.
"Allí Moisés le contó a su suegro todo lo que el Señor les había hecho al faraón y a los egipcios en favor de Israel, todas las dificultades con que se habían encontrado en el camino, y cómo el Señor los había salvado." [Exodo 18:8]
Imaginémonos por un momento la forma en que Moisés contó a su suegro todo lo acontecido en Egipto, las señales y prodigios, la cena del Cordero Pacual, su salida repentina de Egipto pero con mucha riqueza, la forma en que el mar se abrió para dejar pasar al pueblo de Israel, la destrucción total del ejército egipcio, la adquisición de armamentos, la batalla contra Amalek.
La reacción del suegro de Moisés fué inmediata:
"Jetro se alegró de saber que el Señor había tratado bien a Israel y lo había rescatado del poder de los egipcios, y exclamó: «¡Alabado sea el Señor, que los salvó a ustedes del poder de los egipcios! ¡Alabado sea el que salvó a los israelitas del poder opresor del faraón! Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses, por lo que hizo a quienes trataron a Israel con arrogancia.» [Exodo 18:10,11]
El corazón de Jetro estaba rebosando de alegría, tanto que decide realizar una comida para hacer un pacto con Elohim en Su Santo Monte. "Dicho esto, Jetro le presentó a Dios un holocausto (olah, ofrenda elevada) y otros sacrificios (z'vajim, ofrendas de paz), y Aarón y todos los ancianos de Israel se sentaron a comer con el suegro de Moisés en presencia de Dios." [Exodo 18:12, el énfasis entre los paréntesis es mio]
Es interesante ver como al siguiente dia, Jetro se involucra personalmente en aconsejar a Moisés, por los acontecimientos que observó. Moisés comenzaba sus enseñanzas, hacía juicios personales, explicaciones sobre la Ley, guiaba al pueblo y arreglaba las disputas entre ellos. A lo cual Jetro exclama: "-No está bien lo que estás haciendo ... pues te cansas tú y se cansa la gente que te acompaña. La tarea es demasiado pesada para ti; no la puedes desempeñar tú solo. Oye bien el consejo que voy a darte, y que Dios te ayude." El consejo de Jetro no se hizo esperar y "Moisés atendió a la voz de su suegro y siguió sus sugerencias. Escogió entre todos los israelitas hombres capaces, y los puso al frente de los israelitas como jefes de mil, cien, cincuenta y diez personas. Estos jefes fungían como jueces de tiempo completo, atendiendo los casos sencillos pero remitiendo a Moisés los casos difíciles." [Exodo 18:18-19, 24-26]
Por supuesto que esta porción tiene mucho de que escudriñar y comentar. Los fascinates acontecimientos que prosiguen, marcan la historia de la Festividad de Shavuot (Pentecostés). Al comparar la narración del libro de Hechos 1 y 2, podemos determinar el criterio Divino sobre formar a un pueblo con el propósito de traer las Buenas Nuevas de Salvación al resto de las naciones del mundo."Si ahora ustedes me son del todo obedientes, y cumplen mi pacto, serán mi propiedad exclusiva entre todas las naciones. Aunque toda la tierra me pertenece, ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." [Exodo 19:5-6]
Este fué el mismo llamado al que el profeta Isaías humildemente se sometió, respondiendo en forma tácita: "Heme aquí; envíame a mí." [Ver Isaias 6:1-13]
Este es el mismo mensaje de redención para la tarea de proclamar las mismas Buenas Nuevas de Salvación, que Elohim prometió a la humanidad desde el principio de los tiempos, y que eventualmente Yeshúa HaMashíaj dió a sus Talmidim. Antes de ascender a “Su glorioso lugar” “... les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: Así está escrito, que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día; y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.Vosotros sois testigos de estas cosas." [Lucas 24:44-48]
A igual llamado es al que posteriormente se unen los otros pueblos que son injertados en el Israel del Eterno: "Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios , a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios; no habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia." [1 Pedro 2:9-10]
La historia hubiera sido diferente si Moisés no hubiera siquiera estimado transmitirle a su suegro el testimonio de la redención en su vida y su pueblo. Lo mismo se puede decir de los profetas y de los Talmidim de Yeshúa. Siempre existió un remanente del Señor en cada generación del pueblo Judío, que mantuvo viva la llama de las Buenas Nuevas de Salvación.
Si usted se considera discípulo de Yeshúa, debería considerar esta enseñanza para aplicarla a su propia experiencia espiritual. Podemos hoy experimentar la misma experiencia que Rav Sahúl relata a los corintios, cuando les explica que son como "cartas del Mesías ... escritas no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, del corazón." [2 Corintios 3:3]. Quiera el Todopoderoso que al igual que el rey David tengamos el valor de decir, “La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos. Además, tu siervo es amonestado por ellos; en guardarlos hay gran recompensa. ¿Quién puede discernir sus propios errores? Absuélveme de los que me son ocultos.” [Salmo 19:7-8, 11-12]
Cada vez que presentamos este mensaje en la forma correcta, como aconseja Shimon Kefa a los creyentes de la diáspora: "estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia..." [1 Pedro 3:15-16], le estamos arrebatando a satanás y a sus secuaces, con la ayuda del Todopoderoso, una vida más para agregarla al Reino de los Cielos, y al mismo tiempo estamos cumpliendo con la misión encomendada por nuestro Señor.
El mensaje de la Biblia es el mismo por siempre, a usted se le ha dado el poder para transmitirlo y, no es difícil hacerlo. Solamente comparta su testimonio con otros.
Con Amor en el Mesías,
Su Hermano y Amigo,
René Oswaldo Jaco
Líder del Ministerio Hispano de la
Congregación Beth Adonai
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