Friday, June 29, 2012

Yeshúa es La Roca en el desierto.


Jukat - חוקת : "Estatuto"  
Torá : Números 19:1-22:1  
Haftará : Jueces 11:1-33  
Escrituras Apostólicas : Juan 3:1-21; 4:3-30; 12:27-50

Indudablemente muchos tendrán dificultad para entender ciertas partes de la porción de esta semana. Mi humilde sugerencia es que no se complique en tratar de entenderlo todo por el momento. El misterio de la ceremonia de la novilla roja es uno de ellos, pero sin duda en los pasos para ser purificados por ese ritual pueden ser encontrados en el misterio de la redendicón en Mesías Yeshúa.
Estoy de acuerdo en las interpretaciones de algunos eruditos que creen que en la estación de verano, las cosas para los creyentes se vuelven muy "secas espiritualmente." De alguna manera, ciertos hechos parecidos a los que han acontecido durante este período del año son repetidos en muchas comunidades de creyentes. Los seres humanos algunas veces cometemos los mismos errores que nuestros antecesores y caemos en situaciones que, de haber permanecido vigilantes en el estudio constante de la Palabra de nuestro Creador y en la frecuente oración y ayuno, no ocurrirían en nuestro tiempo de vida. El estudio de la Torá debería hacernos cada vez más humildes y debería ayudarnos a ser más tolerantes con nuestros semejantes.

Esta porción nos relata las misteriosas leyes de la ceremonia de la novilla [o ternera] roja, para la purificación después de haber tenido contacto físico con cadáveres humanos, la triste historia de Moisés golpeando la roca, las muertes de Miriam y Aarón, el relato de la serpiente de bronze, y las guerras de los amorreos, concluyendo con Israel acampando en la tierra de Moab, en la frontera de la Tierra Prometida [22:1].

Me atrevo a decir que de todas las especulaciones de los eruditos, con respecto al relato de Moisés y la roca, fueron el enojo y la arrogancia los que marcaron la falta del profeta; sinembargo no comparto la idea de que esa falta le costó su ingreso a la Tierra Prometida. Al analizar los textos en Deuteronomio 1:22-40, nos damos cuenta de que el relato se refiere al incidente del mal reporte de 10 de los 12 espías que fueron enviados por Moisés. La consecuencia fué la notificación inmediata de la sentencia Divina acerca de aquella generación, todos los que tenían arriba de 20 años, no entrarían a la Tierra Prometida, excepto Caleb y Josué. Si nos damos cuenta detenidamente, esa sentencia está incluyendo a Moisés. Como él mismo lo dice: “El Señor se enojó también contra mí por causa vuestra, diciendo ‘Tampoco tu entrarás allá.’” [Deuteronomio 1:37]. Muchos años [quizá 38] antes de que Moisés golpeara la roca, su sentencia había sido pronunciada. Vemos como el mismo Redentor de Israel debía morir antes de entrar a la Tierra, compartiendo así, el castigo por el pecado que cometió la misma gente que él ayudó a salir de Egipto.

¿Puede usted ver el significado profético mesiánico en el texto? Así como Moisés, sombra del Mesías, pagó el castigo por la falta de otros, Yeshúa también pagó por los pecados de Israel y del mundo, solamente que esta vez ha sido para siempre. Él recibió el castigo por el pecado que nosotros cometimos. Como lo expresa Pablo en su carta a los Colosenses, “Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz.” [Colosenses 2:13-14]. En otras palabras, ese “documento de deuda” que fué clavado en el madero es el documento de nuestra deuda por el pecado que nosotros hemos cometido. Son nuestras violaciones a las ordenanzas Divinas, que están registradas en la Torá, en la Instrucción del Creador. Nuestro Mesías canceló ese documento en el cual nuestros pecados estaban asentados, esperando el veredicto final, que sin duda es la muerte eterna. Cuando él fué clavado en el madero, esa deuda que nosotros debíamos pagar, quedó cancelada por Su sacrificio.

Entonces, Yeshúa es La Roca en el Desierto. Una interpretación del Apóstol Pedro, tomada de su mismo Maestro [Marcos 12:10-11], en Hechos 4:12, considera a Yeshúa "la Piedra desechada por vosotros los constructores, pero que ha venido a ser la Piedra Angular." [Lo cual a su vez es un Midrash de Yeshúa, citando al Salmo 118:22-23, Isaías 8:14; 28:16 y Daniel 2:34,44-45].

El Apóstol Pablo, al recopilar los sucesos del pueblo de Israel en 1 Corintios 10, reconoce que "La Roca Espiritual" es el Mesías. Tal parece que la Congregación de creyentes en Corinto tenía similares problemas de conducta, les relata que tales "cosas sucedieron como ejemplo [para ellos] para nosotros..." [v.6].

""Cuando se discute un Midrash, es  un error tomarlo literalmente. El Midrash es para ayudarnos a dibujar pensamientos acerca del texto en la Torá. Simbólicamente, entonces, la Roca en el desierto es Yeshúa. El agua que salía de la Roca significó vida para los israelitas. Lo mismo puede decirse del Mesías. El es el agua en un lugar de mucha sed, la roca en una tierra agotada. Y él urge a los hombres y mujeres a beber el agua de vida. El agua que salía de la roca puede ser comparada con las enseñanzas que dan vida que vienen de nuestro Mesías. El agua corresponde a la Torá, la enseñanza, la profesía, y a las atribuciones del Rúaj HaKodesh [Espíritu Santo] - las marcas de un profeta. El Maestro nos enseñó en Juan 7:38 que "El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: "De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva."" [Tomado de Torah Club, Shadows of the Messiah, Page 563.]

Los líderes congregacionales, a menudo podrían caer en la tentación de perder el control de si mismos, al escuchar las quejas de los miembros de las congregaciones. Las cosas pueden parecer muy bien en las comunidades, pero solamente la falta de respeto a los principios básicos de una particular congregación, por algunos de los miembros, podría ser el detonador de innumerables formas de comportamiento que no nos traerían resultados positivos, ni para los líderes, los miembros, ni el Cuerpo del Mesías como un todo.

Uno de los principios básicos que está siendo sometido a prueba en muchas congregaciones actualmente, es la negación de la Deidad de nuestro Señor y Redentor Yeshúa HaMashíaj. En las Congregaciones Judío Mesiánicas, muchos encuentran la Torá a través de Yeshúa, pero algunos se sienten tan fascinados al entrar en la profundidad de las enseñanzas e interpretaciones rabínicas, que mezcladas con las interpretaciones de ciertos falsos maestros, y sin tener la instrucción apropiada, podrían caer en las garras del error, trayendo a sus vidas fatales consecuencias de índole espiritual. El alejarse de La Roca que es Yeshúa, es un error muy grave que muchos están cometiendo.

Debemos entonces preguntarnos: ¿Está nuestra fe basada en La Roca o está basada en falsas interpretaciones?
  
Con Amor en el Mesías, 
Su Hermano y Amigo,

René Oswaldo Jaco
Líder del Ministerio Hispano de la
Congregación Beth Adonai.


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