Wednesday, January 4, 2012

Aprendiendo del Libro de Génesis


Vaiejí - ויחי : "Y Él Vivió"
Torá : Génesis 47:28-50:26
Haftará : 1 Reyes 2:1-12
Escrituras Apostólicas : Hechos 7:9-16; Hebreos 11:21-22; 1 Pedro 1:3-9; 2:11-17.

Dios ha santificado el tiempo para demostrarnos su plenitud. Las Escrituras nos demuestran que la fe de Abraham, Isaac y Jacob, está relacionada con la redención del tiempo. Y es por eso que el Ciclo de las Lecturas de la Torá, nos presenta, entre otras cosas, que el Libro de Génesis se lee en doce semanas, lo cual según algunos eruditos, quiere decir, que es un libro que nos habla sobre las doce tribus de Israel. Génesis nos habla de la Creación y concluye con la creación de Israel. Doce tribus, doce semanas de lectura. En el capítulo cincuenta vemos la completa reconciliación de José [un tipo del Mesías], con sus hermanos [un tipo de Israel]. El número cincuenta representa al Jubileo. Dios sabe lo que hace, y ha estado renovando sistemáticamente el tiempo a través de la historia, a fin de que entendamos Su Amor Redentor, y Su deseo de tener una relación de Amistad con nosotros.
Esta poderosa porción está cargada de ricas Bendiciones y de Esperanza, y marca fundamentos básicos para los creyentes en Mesías. La esperanza de vida y de la principal Promesa (Meshíaj) para el pueblo de Israel y las naciones, son parte de una serie de ideas que son la base del pensamiento y de la cultura judeo-cristiana, representada en los países de la zona Occidental. La Parshá número 12 y la última del libro de Génesis, comienza el relato de los últimos días de la existencia de Jacob y termina con la muerte de José. Tanto Jacob como José mueren como extranjeros, pero con la esperanza de un día resucitar para vivir en la Tierra Prometida:
"Y Jacob vivió en la tierra de Egipto diecisiete años; así que los días de Jacob, los años de su vida, fueron ciento cuarenta y siete años. Cuando a Israel se le acercó el tiempo de morir, llamó a su hijo José y le dijo: Si he hallado gracia ante tus ojos, por favor, pon ahora tu mano debajo de mi muslo y trátame con misericordia y fidelidad: Por favor, no me sepultes en Egipto." [Génesis 47:28-29]
"Luego José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os cuidará, y llevaréis mis huesos de aquí. Y murió José a la edad de ciento diez años." [50:25-26]
En la Haftará se presenta la muerte
del Rey David. También él bendice
a su descendiente Salomón.
Finalmente Jacob va a descansar, pero antes deja la mejor herencia que un padre puede dejar a sus hijos, la sustancia de la fe. Jacob bendice a cada uno de sus hijos.
Es interesante como las bendiciones empiezan con los dos hijos que le nacieron a José en Egipto. La maldición de pleitos, odios, envidias, rivalidades, homicidios y todos las disfunciones imaginables que una familia puede tener, terminan al José perdonar a sus hermanos, el proceso de sanidad interna comienza de esa manera. Efraín y Manasés representan la nueva generación, en la que los hermanos no se pelean por la herencia, aún cuando Jacob cambia sus manos para bendecirles, ellos dejan de un lado las contiendas.
Y es que en un esfuerzo por no continuar con las "maldiciones de familia," algunos padres no queremos cometer los mismos errores que creemos que nuestros padres cometieron contra nosotros. El peligro de esto es ser demasiado flexibles, y en orden de no dañar el crecimiento sicológico y espiritual de nuestros hijos, muchas veces también cometemos otros errores, tales como sobreproteger a nuestros hijos, de esa manera no les permitimos crecer.
Este no fue el caso de José, él enfrenta valientemente a la cultura y el sistema idólatra de Egipto, situación que Jacob reconoce en un fragmento de la bendición a José, que por supuesto se extiende a sus muchachos,
"Y los bendijo con estas palabras: «Que el Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que me ha guiado desde el día en que nací hasta hoy, el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre y el de mis padres, Abraham e Isaac. Que crezcan y se multipliquen sobre la tierra.»  [Génesis 48:15-16]
Jonathan Sacks, escritor del periódico judío Algemeiner, en su artículo "The Jewish Story" [La Historia Judía], dice que "La expiación y el perdón son la expresión suprema de la libertad humana – es la libertad de actuar en el futuro diferentemente de lo que uno hizo en el pasado, y la libertad de no estar atrapados en un ciclo de venganza y represalias. Solamente aquellos que pueden perdonar pueden ser libres." 
¿Qué es lo que mantiene a los creyentes libres? La esperanza de vida que solamente podemos encontrar en la Promesa de la Redención y la Resurrección, a través de la expiación y el perdón de nuestro Señor y Salvador Yeshúa HaMashíaj.
El escritor de Hebreos nos recuerda la fe de Jacob y de José, "Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales." [11:21-22]
Al terminar con las lecturas del libro de Génesis, mantengamos en mente las lecciones de las familias de Abraham, Isaac y Jacob, sobre todo de la manera en que ellos, a pesar de todas las circunstancias que pasaron, no perdieron de vista la Promesa de la Redención. La resurrección y restauración de todas las cosas.
Recibamos la bendición de la herencia de Efraín y Manasés. Y con optimismo recibamos también en común acuerdo, las palabras del Apóstol Pedro:
"¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Yeshúa HaMashíaj! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Yeshúa HaMashíaj, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos." [1 Pedro 1:3-5, NVI].

Con Amor en Yeshúa,
Su Hermano y Amigo,

René Oswaldo Jaco
Líder del Ministerio Hispano de la
Congregación Beth Adonai.

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