Ki Tisá – תשא כי : "Cuando Hagas"
Torá : Exodus 30:11-34:35
Haftará : 1 Reyes 18:1-39
Escrituras Apostólicas : Filipenses 4:10-20; 2 Corintios 3:1-18.
Torá : Exodus 30:11-34:35
Haftará : 1 Reyes 18:1-39
Escrituras Apostólicas : Filipenses 4:10-20; 2 Corintios 3:1-18.
Esta porción es considerada por algunos como una de las más tristes en la historia del pueblo de Israel. Sinembargo, una vez más, la historia de la redención de la humanidad, y el poder del amor y la gracia de nuestro Creador, sobresalen de manera inmediata en el texto.
La mayor parte de la porción se enfoca en el pecado del becerro de oro, la violación del pacto entre Dios e Israel, y de como Moisés interviene para restaurar la relación del pacto.
El amor del Todopoderoso por Sus hijos es tan grande, que no terminamos de impresionarnos de lo mucho que Él se preocupa por nuestro bienestar y salvación. A pesar de todo lo que los seres humanos hagamos o dejemos de hacer, el Creador está causando que regresemos a Sus brazos protectores de una manera constante y eficaz.
La rebelión de los israelitas a los pies del Eterno Señor, pocas días después de que realizara milagros y prodigios, de los cuales fueron testigos oculares, no deja de inquietar nuestra naturaleza y nos tienta a juzgar a aquellas personas que espiritualmente calleron de regreso, en las garras de la esclavitud y la idolatría.
El Señor tuvo que interrumpir las instrucciones que estaba dando a Su siervo Moisés para tratar con esta situación, ya que debido a Su Santidad, no le era posible continuar. El es Santo, y por lo tanto no tiene parte en el pecado, no pueden mezclarse la luz con la oscuridad.
La lectura se inicia con instrucciones para el censo. La Torá no lo explica, pero pienso que porque Él nos ama tanto y no quiere que nos sintamos menospresiados, el conteo de las personas del campamento se haría en una forma muy peculiar. Algunos eruditos opinan que una de las razones por las cuales, nuestro Padre Celestial no realizó el conteo en la forma conocida por nosotros [utilizando números], es porque el Señor desea demostrar de que para Él, las personas no somos números. Es en la actualidad y en estas sociedades que es normal tener un número. Tenemos números para todo: licencias de conducir automóviles, seguro social, visa de estudiante, visa de turista, de identificación tributaria, de cédula, de tarjetas de crédito, de registro electoral, de registro en el hospital o clínica; y hasta números que rebasan la dignidad de las personas [y perdón por mi sinceridad], pero por ejemplo los números de alien [extraterrestre?], o los que acostumbraban [no se si están vigentes] a ponerles a los prisioneros, y el peor de todos el que marcó los brazos de nuestros hermanos en el Holocausto, los cuales fueron registrados por una compañía muy conocida mundialmente hasta ahora.
Ki Tissá, literalmente significa "cuando eleves." Nuestras versiones de las Escrituras en español traducen esto como "cuando hagas" o "cuando tomes," que viene del texto que dice, "Cuando hagas el censo y cuentes a los israelitas, cada uno deberá pagar al Señor rescate por su vida, para que no le sobrevenga ninguna plaga durante el censo." [Exodo 30:12, NVI]. Se utiliza el modismo de "elevar la cabeza" para utilizarlo por "contar las cabezas." Después del mandamiento de tomar el censo, concluye con las instrucciones de construcción del Tabernáculo; en medio de la narración reitera el mandamiento sobre guardar el Shabbat; pero el relato es intervenido por la historia del becerro de oro, la cual empaña el proceso de desarrollo espiritual en el cual el pueblo se encontraba.
Jeffrey Enoch Feinberg, en su libro Walk Exodus, hace un comentario, que nos ayuda a entender fácilmente el concepto del "pago por el rescate." Nos dice:
"Ki Tisá (Cuando eleves) las cabezas, medio shekel (similar a una pieza de plata de cincuenta centavos) se colectará de cada varón de veinte años en adelante. Monedas, no cabezas son contadas. Un censo indica un cambio de estatus. Aquí la nación está siendo elevada por el santo servicio de limpieza de la Tierra de la Promesa. El kofer (rescate, pago de medio shekel) permite a cada individuo - ya sea rico o pobre - ser numerado en el ejército sin incurrir en pecado [Exodo 30:14-15]. El Señor mandó el censo durante los cuarenta días de Moshe en el Sinaí, pero no se implementa hasta en Números 1:3. Cada persona contada "se cruza." El kofer es una "terumah (ofrenda) para expiar por sus vidas." [Exodo 30:15]. Es pagada por alguien que es culpable de tomar una vida humana en circunstancias que no constituye homicidio. Aquí, el soldado paga un kofer en su tiempo de enlistamiento al ejército, en preparación por que debía seguir en el campo de batalla." [Traducido del libro en inglés Qalk Exodus, Pg. 160, por Jeffrey Enoch Feinberg].
A pesar de las interpretaciones de eruditos en escritos Rabínicos y Cristianos con respecto al becerro de oro, no cabe duda que la historia es incómoda para todos los creyentes. Es difícil creer cómo un pueblo que ha sido testigo de tantas maravillas, en tan poco tiempo se pueda volver idólatra. Aunque algunos especulan que no era la intención de los esraelitas adorar al becerro de oro, lo cierto es que el contrato que habían hecho con el Eterno [por favor lea Exodo 24:3-8] quedó completamente roto, ciertamente antes de que Moisés destruyera las tablas de piedra, cuando ellos declararon "haznos dioses que vayan delante de nosotros..." [Exodo 32:1].
Aún en nuestros tiempos, muchos opinan que las Leyes del Creador son "opcionales" para el creyente en el Mesías Yeshúa. Otros dicen que las leyes de Torá han sido abolidas [de lo cual no se encuentran pruebas Escriturales], citando versículos que utilizan totalmente fuera del contexto. A pesar de todo, la Biblia nos recuerda que “si somos infieles, El permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.” [2 Timoteo 2:13. LBLA]
La intervención de Moisés en el Sinaí, nos recuerda a nuestro Mesías cuando oraba e intervenía por sus seguidores constantemente. Aún hoy, él mismo Yeshúa se acuerda de nosotros, como lo demostró en sus oraciones antes de morir por nuestros pecados. [Por favor lea Juan 17; Lucas 23:34]. Esto nos ayuda a entender que siempre está intercediendo por nuestros pecados delante del Trono Celestial. [He. 7:25; Ro. 8:34; 1 Juan 2:1-2]
Indudablemente que los creyentes en la actualidad seguimos los mismos errores del pueblo israelita en el Sinaí. El querer hacer nuestras propias interpretaciones de los mandamientos que con tanto Amor y por Gracia el Señor nos dió a travéz de Moisés, nos podrían hacer caer en el libertinaje, teniendo como resultado fatales consecuencias.
Al igual que el rostro de Moisés irradiaba la luz del Señor después de haber estado conversando con Él como dos amigos, la obediencia a los mandamientos del Creador nos hace reflejar al Maestro Divino en nuestras vidas. La idolatría es uno de los razones que opaca o apaga la Luz de nuestro corazón.
¿Qué está evitando que su vida refleje la Luz de Yeshúa HaMashíaj a otras personas?
"Que la gracia de nuestro Señor Yeshúa el Mesías, el amor de Dios y la comunión del Rúaj HaKodesh, esté con todos ustedes." [2 Cor. 13:12]
Su Hermano y Amigo,
René Oswaldo Jaco
Líder del Ministerio Hispano de la
Congregación Beth Adonai
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